Oscar Niemeyer, modernidad y rebeldía

José Luis Lezama (*)

            Emergiendo de la tierra rojiza, del vacío y soledad de la sabana, Brasilia aparece como la más acabada realización de un sueño, el sueño de la modernidad, aquel que toma cuerpo en la ciudad, allí donde encarna en todo su esplendor el principio de razón, la modernidad, la ilustración. Es éste un fantasioso imperio que pretende someterlo todo  a la disciplina y control, la eficiencia requerida para hacer redituable el mundo de la producción y rentable la vida cotidiana. Es la domesticación del mundo circundante, de la naturaleza hostil; civilizar con el poder de la razón, con sus principios: la libertad, la igualdad, el libre albedrío y con sus instrumentos: la ciencia y la tecnología.