CHIAPAS, OAXACA, MICHOACÁN, TRES REBELIONES CONTEMPORÁNEAS

Escala Crítica/Columna diaria
*EZLN, con unos 50 mil integrantes; gobierna a 250 mil
 *APPO, más de 100 mil afiliados; movilizó a 800 mil
*Consejo de Autodefensas: 25 mil armados, 140 mil reclutas

Víctor M. Sámano Labastida

EN MÉXICO existen circunstancias de rebelión permanente que tiene varias expresiones. No sólo es evidente una debilidad del Estado y su vulnerabilidad ante el crimen –en algunos casos las instituciones están infiltradas-; existe también una crisis estructural que arroja cada vez más pobres a las calles, a los jóvenes los margina de la educación y el empleo; se dejan de producir alimentos para la población y predominan las necesidades del mercado…extranjero.
Este fenómeno llama la atención cuando quienes son arrojados a la calle o expulsados de sus campos y viviendas se declaran en guerra contra el Estado. Sucedió en Chiapas, Oaxaca, Michoacán…¿sigue Guerrero?, ¿vuelve Oaxaca?

LA BREVE extensión de esta columna para el asunto que nos ocupa ahora me permitirá sólo esbozar una hipótesis y mencionar algunas características del proceso mexicano.
Así como existe una rebelión permanente, la opinión pública tiene el registro de por lo menos tres momentos en los cuales el Estado quedó rebasado por la exigencia popular expresada en rebelión armada: Chiapas, en enero de 1994 con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN); Oaxaca, en junio de 2006 con la integración de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), y Michoacán, con la creación del Consejo General de Autodefensas (CGA).
Este último movimiento tiene orígenes más difusos, pero su antecedente público inmediato lo podemos ubicar en la integración de la “ronda comunitaria”, en la comunidad indígena de Cherán, Michoacán, en abril de 2011.
Otra revuelta que tuvo un contexto violento –aunque más limitado- fue la del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), en San Salvador Atenco, Estado de México. Surgido en el 2001 pero que vivió la más brutal represión en 2006.
Hay, por supuesto, muchos más momentos en los que se ha expresado en armas (a veces rústicas) la desesperación de amplios sectores sobre todo de campesinos.
Como también han existido otras manifestaciones por las vías institucionales como la “rebelión cívica” encabezada por Luis H. Álvarez en 1986; la del voto contra un sistema cerrado, con Cuauhtémoc Cárdenas como líder en 1998 y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad fundado por Javier Sicilia en el 2011.
Larga sería la enumeración y sólo menciono las reacciones que ocuparon de manera permanente más espacios en las noticias. 

PROTESTA SOCIAL

QUISIERA centrar esta reflexión en mi hipótesis: existen condiciones para que la protesta radical se exprese nuevamente en Oaxaca –se confirmó la formación de policías comunitarias en las zonas mixe y mixteca-,  donde, de la misma forma que en Guerrero, cobraron fuerza las organizaciones populares de seguridad pública. Habrá que hacer notar que en estas regiones la seguridad tiene que ver con la sobrevivencia cotidiana: no sólo son atacados por la delincuencia, también por la expansión de actividades lucrativas propias de un capitalismo salvaje.
En la entidad guerrerense existe desde hace unos veinte años la Coordinación Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC).
No omito recordar que Guerrero y Oaxaca se han significado por tener antecedentes de resistencia armada. En Guerrero, la más reciente aparición fue la de un grupo autodenominado Fuerzas Armadas Revolucionarias- Liberación  del Pueblo; en Oaxaca subsisten células del Ejército Popular Revolucionario, entre otros.
Como ya observamos en Michoacán, no es necesario que haya una acción premeditada de activistas que propicien la rebelión para que esta aparezca. Son producto de las condiciones económicas, sociales y de inseguridad, sumada a una desarticulación y corrupción del sistema –impunidad y violencia-, como lo muestra el caso michoacano. No hay conspiraciones, sólo condiciones.
Por supuesto que cada movilización responde a características propias. Hay quienes se definen contra el Estado (Chiapas y Oaxaca), otros por falta de Estado (Michoacán).
Según reportes oficiales, el EZLN en Chiapas está compuesto por unos 50 mil integrantes de las “bases zapatistas”. Los voceros de este movimiento, que ha rebasado la etapa armada, afirman que gobiernan actualmente comunidades habitadas en su totalidad por 250 mil indígenas. Los simpatizantes de esta organización se distribuyen en varios estados del país y del mundo.
A la pregunta de si el EZLN se propone la toma del poder, el subcomandante Marcos ha respondido que es mucho más que eso: pretenden “un mundo nuevo”, con un gobierno “libre y democrático”.
La APPO en Oaxaca es la organización que en su momento –fuera de las concentraciones electorales- un mayor número de personas ha movilizado simultáneamente. En los momentos de la revuelta contra el entonces gobernador Ulises Ruiz llegó a tener en la calle a más de 800 mil manifestantes.
Aunque intentó extender la formación de “Asambleas Populares” en todo el país, sólo hubo un intento en Guerrero. Las bases de este movimiento fueron los profesores agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.
En el caso de Michoacán, quizá el más radical en su expresión –el uso de comandos armados-, fue menos duro en sus objetivos respecto al Estado: no buscaron cambiar a un gobierno sino que cumpliera con su mandato contra la delincuencia.
Según el Consejo General de autodefensas, a mediados de enero de este año ya contaban con 25 mil hombres armados –algunos entrenados por militares y ex militares-, y con la capacidad de movilizar hasta 140 mil personas dispuestas a “ir a la guerra si es necesario”.
Como bien señalaba Sicilia: es imperante construir una cultura para la paz, pero eso no será posible si se protege la corrupción y sigue dominando la impunidad.

AL MARGEN

EN TABASCO poco a poco han retornado las movilizaciones para el bloqueo de pozos petroleros. Pobladores de Nacajuca, Cárdenas, Huimanguillo y Centla, entre otros exigen respuesta a sus demandas. Octavio Romero, quien junto a Javier May dirigen Morena en Tabasco, confirmó que en la conmemoración petrolera el próximo 18 de marzo, desde esta entidad Andrés Manuel López Obrador “va a definir la relación que debe tener Tabasco con la reforma energética, se va a definir cual tiene que ser el trato… Porque no nos vamos a quedar viendo como entregan la riqueza de los mexicanos”. (vmsamano@yahoo.com.mx)
 

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