CASO DUARTE, UNA LECCIÓN POLÍTICA; SU DESGRACIA: PERDER LAS ELECCIONES

 Escala Crítica/Columna diaria

*Protegido durante una década, el ex gobernador de Veracruz a la sombra 
*Le aprueban su cuenta 47 de los 50 diputados; pero no aparece el dinero
*Una historia que se repite, pero ahora la necesidad obliga a sancionar
Víctor M. Sámano Labastida
           
OCURRE en el estado vecino pero es una lección para los políticos. El manejo de las finanzas estatales y municipales se convierte en un dolor de cabeza. Y en un tobogán. Lo vimos en Tabasco a principios del 2013 cuando se comenzaron a acumular las denuncias. Ahora, el gobernador veracruzano con licencia, Javier Duarte, es uno de los ejemplos más difundidos de la corrupción desde el poder. Acabada la protección de la que gozó desde hace varios años, Javier Duarte de Ochoa está legalmente prófugo, por lo menos hasta hoy.

Fue secretario de Finanzas de Fidel Herrera Beltrán, el anterior gobernador de Veracruz y también presidió el Fideicomiso del fondo de Desastres Naturales, dos áreas donde se maneja mucho dinero público. Antes de ser gobernador fue diputado federal. Tuvo el apoyo del PRI, partido que ahora lo ha expulsado, y del Partido Verde.
Es ahora cuando comienzan a salir a la luz pública sus operaciones ilícitas y sus excesos. El mecanismo: similar al que han acudido otros políticos para apropiarse de los recursos públicos. Creación de empresas fantasma y uso de prestanombres.
La policía federal busca a Javier Duarte. Mientras esto sucede 47 de los 50 diputados del actual congreso de Veracruz aprueban las cuentas públicas del 2015. Aunque reconocen un faltante de más de 16 mil millones de pesos. Así como el tratamiento del caso Andrés Granier (Tabasco) fue un precedente, otra vía se ha abierto con el veracruzano. Ilustra observar algunos detalles.
 
LA QUIEBRA DE FINANZAS
UN ASPECTO importante del caso Duarte son las quebradas finanzas de Veracruz. Mientras filman la cinta “robó, huyó y no lo han pescado” (hasta ayer), la actividad económica de Veracruz es un boquete sin fin. “Hay un faltante de 11 mil millones de pesos que debe cubrirse en 30 días”, avisó el gobernador interino Flavino Ríos. Son atrasos a contratistas y proveedores, desde 2014 a la fecha, además de pagos a la nómina de burócratas y maestros, incluyendo bonos y aguinaldo. 
No queda claro en el aviso de Flavino (ex secretario de Gobierno) cómo se  acumuló ese faltante desde 2014, y cómo se aprobaron las cuentas públicas de Veracruz 2014/2015.  El tiempo vuela, la entidad se congela al calor judicial y los recursos no llegan, mientras Miguel Ángel Yunes espera tomar posesión el uno de diciembre con la consigna de “no asumir deudas del pasado”. Este compás es complicado: el gobierno federal no anuncia que no habrá un rescate económico mientras.
El panorama jarocho es una fina lección de todo lo que no debe hacerse en política. Un minucioso laberinto político forjado al calor de la desidia gubernamental desde la Federación, la voracidad y ambición de políticos ineptos, casos judiciales torpemente desarrollados y quiebras económicas en una accidentada transición de poderes.
PLATOS ROTOS, TRANSPARENCIA OPACA
EL ACTUAL secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín (¡el quinto del sexenio!), reconoció un adeudo de 3 mil millones de pesos con los municipios veracruzanos. Participaciones federales que se hicieron polvo, justo como otras partidas federales que no llegaron a su destino. Hay 40 palacios municipales ¡tomados por sus propios ediles! en protesta.
Lo curioso es que Gómez Pelegrín no advirtió nada antes, cuando parecía que Duarte la libraba.  Asumió el cargo allá por marzo del 2015, de manera que deberá explicar el boquete de 16 mil millones ahora reportado por los diputados durante ese año.  No es casualidad que sigan apareciendo discrepancias entre lo dicho antes por funcionarios veracruzanos (antes del Duarte prófugo) y lo dicho ahora (con la PGR a la caza de Duarte). Por ejemplo, ante una solicitud de información financiera del investigador Hilario Barcelata, el seños Pelegrín puntualizó (oficio UAIP/794/2015) que “el pasivo circulante de los Organismos Públicos Descentralizados (OPDs) es de 342 millones de pesos”.  Después, asómbrese el lector, esa cifra se ‘redondeó’ a 10 mil 32 millones de pesos. Evidentemente, la diferencia es escalofriante: 9 mil 690 millones de pesos.
Otro ejemplo de las finanzas con números kafkianos en Veracruz: se supone que ese pasivo circulante de OPDs bajó de 18 mil 443 millones en 2013 a los ya citados 10 mil 32 millones en 2015. Dejemos fuera la mentira de Pelegrín a Barcelata (342 millones de pesos, o sea nada, cuando Duarte era el jefe). De todas maneras, hay una deuda de 8 mil millones de pesos que ¿se fue pagando solita? mientras Veracruz se endeudaba más y más. Cuentas que son un misterio. El 2014, año de los Juegos Centroamericanos en Veracruz, es el eje del derrumbe de las finanzas de Duarte. A partir de ahí, las cuentas son opacas: todos sabían y nadie sabía. ¿Habrá auditoría adicional a las cuentas de los Juegos Centroamericanos, donde asistió como invitado de honor Miguel Ángel Osorio Chong?                
ESPLENDORES Y CARNE DE CAÑÓN
MIENTRAS, los esplendores mediáticos de Veracruz no cesan en la prensa nacional. Carne de cañón, con Peña Nieto admitiendo a destiempo que “cada político es responsable por sus decisiones”. Prosiguen, con velocidad digna del FBI, cateos judiciales a propiedades de Javier Duarte. Numerosas propiedades han sido rastreadas a través de 40 intermediarios y 23 empresas fantasma. Ahora se sabe que el fraude al erario veracruzano fue urdido con abogados que, libres de polvo y paja, cobraban 300 mil pesos mensuales. Esta complicidad figura en las indagatorias de la PGR, pero no se refleja en el número de detenidos e indiciados. 
Las pesquisas internacionales contra Duarte arrojan nombres como Miami, Texas, Nueva York y California. Las propiedades rebasan ya los 7 mil millones de pesos y la cantidad aumenta. Es simbólico, por lo que representa políticamente, el cateo de la PGR a un rancho de Duarte situado en Valle de Bravo, corazón del Estado de México, la entidad de la que son oriundos el presidente Enrique Peña Nieto y el extitular de Hacienda, Luis Videgaray. “Mil metros cuadrados de construcción, opulencia y elegancia”, reportan las crónicas periodísticas. Y lo que falta, si encuentran a Duarte, es quizás otra variante de la impunidad: el silencio del político en desgracia. La dirigencia nacional del PRI exige “que se atrape a Duarte sin dilación”. Flaca memoria. 
AL MARGEN.- Hoy en “Tabasco en la Ruta” por Radio Tabasco y Canal Siete de Corat, el secretario de Seguridad Pública, Miguel Ángel Matamoros. (vmsamano@yahoo.com.mx)
 

Comentarios

Aún no hay comentarios. ¿Por qué no comienzas el debate?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *