LAS REDES VIRTUALES Y TRUMP; BLINDAJE FRENTE A LA CRÍTICA

 Escala Crítica/Columna diaria

* Internet: apoyo virtual, sin repercusión real en las urnas       
* Trampa Trump: descalificar el sistema electoral; lecciones
* Se suman cinco diputados al PRD; bancada de 18, a debate
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
UN FENÓMENO que debe analizarse. Revise el lector en las redes de internet los llamados ‘memes’ (esa expresiones virtuales que buscan condensar una idea) del triunfo electoral de Donald Trump. Sin violentar a Pitágoras, 9 de cada 10 son contra él, a partir de sus expresiones discriminatorias usadas como bumerang. Algunos ‘memes’ son memorables: lamento creativo y ácido por un personaje que es ridiculizable desde muchos ángulos. Otros ’memes’ son impresentables por su vulgaridad: desprecio que de forma directa lleva al odio, no a pensar. 

Trump declaró que las críticas le tienen sin cuidado. Mientras se acumulan protestas de jóvenes universitarios en ciudades norteamericanas, este empresario con piel de cocodrilo ha sobrevivido a 18 meses de críticas incesantes en redes, televisión y prensa escrita de la mejor reputación en Estados Unidos. Las críticas mediáticas lo acompañaron desde que anunció su candidatura (su postulación parecía broma), hasta llegar a su status como presidente electo. Un fenómeno de comunicación política que requiere análisis, no sólo histeria periodística o desahogos de sus adversarios.
Ya hablamos aquí de la TV y la prensa con relación a Trump: la cobertura crítica fue paradójicamente publicidad gratis, pues se posicionó en proporción de 3 a 1 frente a Hillary. Funcionó una regla de opinión pública: “que hablen de ti, mal o bien, pero que hablen. Es mejor que nada”. Creó una especie de blindaje; lo hemos visto en otros casos donde el exceso de crítica se anula a sí misma.
 
REAL CONTRA VIRTUAL, GANA REAL
 
EL ÉNFASIS virtual de los ‘memes’ contra Trump, dirige la reflexión hacia un punto crucial de la sociedad/red: en una campaña electoral, la opinión pública que se genera en internet y las redes sociales no se refleja como apoyo real en las urnas. Trump ganó la Presidencia a pesar de la paliza virtual que recibió.
¿Cómo procesar, la opinión que se gesta en las redes virtuales? Un primer indicio duro: desconfiemos de la unanimidad del trending topic (tópicos dominantes) y de las exageraciones en sentido político y cultural que ahí pululan. Las redes de internet semejan hasta ahora charlas de café gigantescas que no tienen repercusión directa en el plano real. Todos escuchan, nadie atiende. O mejor: no repercuten en la toma de decisiones que afecta la realidad. 
Piense el lector lo siguiente: si fuese por la opinión de las redes en internet, la contienda presidencial entre Trump y Hillary habría terminado antes de comenzar, a favor de la candidata demócrata. En el 2012 presidencial mexicano, las cosas no fueron muy diferentes: en las redes virtuales, Enrique Peña Nieto fue vapuleado. Hoy día, sin descanso, Peña Nieto es criticado/  insultado en las redes sociales (el “memento” mexicano), mientras la realidad de su poder de facto no resiente ese ambiente virtual. Lo debilitan otros factores.
Lección: la crítica de las redes virtuales, en sentido político, no determina de entrada tendencia alguna en las urnas. Esto no significa que se trate de un fenómeno inocente o intrascendente, pero debe dimensionarse sin exageraciones. Los mitos de las nuevas tecnologías y su influencia cultural   tienen que repensarse.                  
 
VICTIMISMO, AS BAJO LA MANGA     
 
Otra razón del fenómeno Trump surge de la respuesta a la siguiente pregunta: ¿qué candidato presidencial había descalificado de antemano al sistema electoral estadounidense? No hay uno que acompañe a Trump en esta descalificación. Hablamos del historial de elecciones presidenciales en EEUU. Sólo Trump dijo “me van a hacer trampa y no reconoceré los resultados de la elección”. Esta singularidad es altamente significativa. El equipo de asesores de Trump cambió a la mitad de la campaña, cuando estaba hundido. Hubo reajuste mediático y audaces estrategias para utilizar la imagen de los demócratas manipulando a la opinión pública desde el poder. 
De ahí se pasó a la descalificación del sistema electoral, que Trump ubicó también del lado demócrata. Vistos los resultados del 8 de noviembre, ese tipo de declaraciones pudo provocar dos cosas en el campamento demócrata: confianza excesiva en el triunfo de Hilary más un relajamiento de su sistema de vigilancia de urnas, para que Trump no los tachara de tramposos en el momento de la verdad, cuando se suponía mucho más probable el triunfo de Hillary. Es una de tantas hipótesis.
Trump, personaje sin luces ni complejidad maquiavélica, no pudo haber pensado eso por su cuenta. Da igual: lo pensó su equipo. Fue una trampa perfecta que se tejió, quizás, a partir de una declaración de Barack Obama: “Señor Trump, no se queje, no llore antes de tiempo y vaya a buscar los votos”. Sin quererlo, Obama le dio la estrategia victoriosa a Trump. Ir por los votos, se dedicaron Trump con su equipo, mientras se hacía la víctima.
Un golpe de política palaciega: gritar ‘me hacen trampa’, para frenar el ímpetu demócrata de cargar los dados, y a su vez buscar los votos en los estados más pobres de la unión americana: como si Trump hubiese recibido un curso intensivo con operadores electorales mexicanos. Los famosos “ingenieros” electorales.
En sus discursos como presidente electo, Trump brilla por moderado. Ni huella de las trampas que denunció sobre la elección. Cambió la piel del empresario que habitará la Casa Blanca. Pero como alguien dijo: el poder no tiene opiniones, tiene decisiones. Eso lo veremos a partir de enero.
 
AL MARGEN
 
NO POR ANUNCIADO largamente deja de ser noticia. Cinco diputados prófugos de los partidos que los llevaron originalmente a sus cargos se afiliaron ayer al PRD en Tabasco. Las ex priistas Margarita Isidro y Patricia Hernández Calderón, primero se declararon independientes y ahora visten la blusa amarilla; lo mismo sucedió con Leticia Palacios Caballero, quien llegó a la curul por el PVEM.
Otro tanto ocurrió con José Atila Morales, llegado a la diputación por el método de “tómbola” en Morena: primero independiente y ahora perredista. Silbestre Álvarez Ramón (PAN), quien completa la quinteta, regresó al partido que antes lo hizo diputado federal y alcalde de Nacajuca. En la bancada ya estaba otro ex morenista, Juan Pablo de la Fuente. Viene el debate de la sobre representación. Este asunto va a los tribunales federales, como el de los pluris y la “propiedad” de las diputaciones. (vmsamano@yahoo.com.mx)
 

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