LÓPEZ OBRADOR EN TELEVISA: CAMBIO, PROYECTO, DISCURSO Y RESISTENCIAS

 Escala Crítica/Columna diaria

*Construir el puente hacia el 2018; ganar no es gobernar
*Objetivo en campañas: convencer a indecisos y empresarios         
*Un político requiere habilidad, pero también suerte (fortuna)
 
 Víctor M. Sámano Labastida
 
DESPUÉS de cinco años sin pisar Televisa, Andrés Manuel López Obrador fue entrevistado por Carlos Loret de Mola y su equipo el miércoles 7 de diciembre, en el noticiario Despierta. Apenas ayer estuvo en cabina con Joaquín López Dóriga, otro de los periodistas emblemáticos del consorcio. Me parece que es útil detenerse en el intercambio que se produjo con Loret –algo similar a lo que sucedió con Dóriga-, pues señala un punto de inflexión: Televisa busca recuperar credibilidad en sus espacios noticiosos, se acerca al puntero y olfatea el horizonte presidencial. López Obrador valora la resonancia masiva de ese foro, calcula sus opciones de difusión política y decide. 

Hacia 2018, ambas partes conocen los riesgos de ignorarse. Claro, tampoco descartemos otra hipótesis: fallido el recurso de criticar insistentemente a quien se ha vuelto referencia obligada en los dos procesos electorales presidenciales -y ya lo es para el 2018-, podría estarse ante el giro estratégico de darle voz para disminuirlo. Pero AMLO es hábil y tiene fortuna en el sentido de Maquiavelo.
    
NO, A LAS “BALANDRONADAS”
 
A LA PREGUNTA sobre meter a la cárcel a Calderón y Peña Nieto, López Obrador respondió: “No me gustan las balandronadas”. Y agregó: “Políticamente, lo que nosotros queremos es ver hacia adelante”. Importante, la precisión del adverbio “políticamente”. Porque una cosa es el Poder Ejecutivo, que decide políticamente, y otra el poder judicial, que deberá tener elementos jurídicos y probatorios para decidir. Pero es también una señal para tranquilizar. A nadie que aspire a gobernar le conviene un segmento alebrestado.
De cualquier manera, AMLO remarcó una tesis sostenida como eje de su discurso: “El principal problema de México es la corrupción. (…) 500 mil millones de pesos, es lo que calculo, se están robando. (…) Es muy importante gobernar con el ejemplo: que el presidente sea honesto”. Pero no todo se decide arriba insistió: “Se necesita participación de los ciudadanos” en este combate. Ese es el enlace que –mencionado-, no explicó AMLO y que sigue como asignatura pendiente en Morena: ¿cómo?, ¿cuándo? 
La contraparte de esta historia, puede ubicarla el lector sin estrujar mucho el catre: anda prófuga con los Duarte, los Borge, los Padrés, Yarrington, Medina;  más los conflictos de interés que han sido escándalos internacionales para Peña (Casa Blanca) y Videgaray (casa de Malinalco). Obrador no se cortó:  refirió a Humberto Moreira, quien “aportó dinero a la campaña de Peña Nieto”. 
          
DE SALUD FÍSICA Y SALUD SOCIAL
 
CUESTIONADO sobre su salud, López Obrador reconoció la gravedad de un infarto sufrido, “por el daño en una arteria conocida como la deja viudas”, bromeó. Y serio, dijo el por tercera ocasión aspirante a la Presidencia: “Mientras viva, seguiré luchando, pero no por dinero o por cargos públicos”. También, a pregunta directa descartó un posible cáncer de Peña Nieto, aunque dado el deporte nacional exacerbado de crítica al presidente, apostilló: “Yo creo que está mal. A lo mejor es un asunto depresivo”. Y calificó de “ingratos” a quienes antes quemaban incienso a Peña y ahora lo dejan al garete. Un guiño crítico a Televisa, en su propia casa. Eso es lo interesante de la democracia: en el intercambio libre de ideas, se meten goles significativos. 
¿Más directo? En su estilo, AMLO dijo a López Dóriga: “Todavía estoy esperando que se disculpen algunos de los que apoyaron el fraude o avalaron el fraude y son corresponsables de la tragedia nacional y se quedaron callados, algunos abajofirmantes que escribieron manifiestos de que ya había que aceptar los resultados porque el recuento de los votos era inútil”.
Buena parte de la salud social depende de la limpieza electoral. Es el funcionamiento de la democracia. De ahí surgió otra polémica: a López Obrador le recordaron sus errores con narración futbolística: “Tenía la presidencia, era suya, y la dejó ir”. Pero no se amilanó: “Esa es una visión. Yo tengo otra. Creo que cuando estamos a punto de ganar, le pisan fuerte al acelerador del fraude y nos roban. Mis errores no han sido determinantes. Yo he enfrentado a una mafia de poder. Esa es la esencia, ese es el fondo de todo. Cierran filas, no quieren que haya un cambio”. Buenos reflejos para evitar el descontón. 
López Obrador no negó errores, aunque debería profundizar -en otro lugar- la autocrítica. Eso es indispensable, desde el ángulo democrático, pero también práctico, para armar las estrategias de AMLO y Morena en la contienda del 2018. Le hará mucha falta. Aunque, visto desde el ángulo del poder, hay quienes plantean que la autocrítica sólo beneficiará a sus rivales en la boleta electoral. Una decisión delicada, que coloca el proyecto de Morena en los hombros de AMLO. Y no hay repuesto a la vista. ¿No se quiere o no se puede?     
DE LOS VENDEDORES DE ILUSIONES   
AMLO fue calificado de “protagonista político de todo el siglo XXI en México”, en alusión irónica por su permanencia. Desde luego, muchos políticos del sistema quisieran su retiro. AMLO aprovechó para hacer memoria: “Aquí hay guerra sucia y fraude. Calderón no ganó en 2006. Y costó muchísimo: cientos de miles de muertos en la guerra contra el crimen organizado. Todo esto se pudo haber evitado. Con sus políticas, Calderón convirtió al país en un cementerio. No se puede apagar el fuego con el fuego. Y ni siquiera ofrece disculpas”.
Luego, AMLO fue por el tema que unos consideran obsesión patológica y otros  herida abierta: “Salinas es el padre de la desigualdad moderna en México. El modelo político actual, que ahora vivimos, surge de su sexenio. Y a partir de Salinas se generó este agravamiento de la desigualdad”. Centró sus baterías en un debate con Salinas, aunque le recordaron que recientemente éste se calificó como un político retirado. “No quiero hablar con los representantes, sino con el jefe de la mafia del poder. Sería un buen tema de investigación periodística saber cuánto dinero tiene Salinas”. 
Palabras más, palabras menos, con agregados de la vida personal, por esa vía transcurrió la entrevista con López Dóriga.
Recuerdo aquí lo que respondió a Jaime Avilés hace unas dos décadas cuando le reclamaron su reiteración en el mensaje: “Estoy en campaña”, dijo.  (vmsamano@yahoo.com.mx)
 

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