Cien días de Trump como presidente; desgobierno, caos, inoperancia y odio

 Escala Crítica/Columna diaria

* Como le ha sucedido a otros: “Pensé que era más fácil ser Presidente”, dijo .
* El congreso de Estados Unidos dique contra el autoritarismo, hasta ahora
* Es necesario tomar la política con seriedad, alejarla del espectáculo
Víctor M. Sámano Labastida
 
SE CUMPLIERON los primeros 100 días de gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Para el mundo y las causas progresistas, han sido una eternidad. Este norteamericano se esmera en monólogos, desprecia consensos y su arte de la negociación se basa en la amenaza. Ignorante de la maduración de los tiempos políticos para solucionar problemas, el empresario de bienes y raíces metido a gobernante hace de la prisa un callejón sin salida. Con esa agenda, los adversarios ejercen su derecho a la lentitud y bloquean iniciativas no por gusto, sino por ausencia de propuestas de Trump. 

Sucedió con el Programa de Salud: Trump quiso eliminar el Obama Care, pero no planeó una alternativa de salud pública; cierto que logró en el Senado el apoyo a una iniciativa para desmantelar un importante sistema de salud, pero no canta victoria.
Veamos algunos efectos de los 100 días de Trump en la Casa Blanca. El plazo es una medida inventada por los propios gringos. 
TWITTER, VERDADES Y FINTAS
EL SEÑOR Trump ha sido criticado por el uso a destajo del twitter para anticipar acciones políticas significativas. En la era digital, resulta clave para la comunicación política el uso de redes sociales. Eso está claro. Lo vemos en México también, con López Obrador y el propio Peña Nieto. El riesgo para un gobernante en activo es abaratar el discurso y convertir en trending topic (temas del momento) la gestión pública. Esta cuestión motivó un debate en el congreso estadounidense sobre retirarle o no cuentas de twitter al inquieto presidente. Ganó la libertad de expresión, aunque se reconoció un delicado problema de seguridad nacional: la exposición mediática de acciones gubernamentales antes de hacerse oficiales.
Trump anuncia sus acciones por twitter, jugando con los tiempos políticos y teledirigiéndolos con astucia. Es un jugador de póker al revés: muestra sus cartas (mensajes agresivos) para orientar en la realidad la partida a su favor. Twitter es la finta o la verdad directa que lanza Trump a sus interlocutores. El problema es determinar cuándo se trata de una finta y cuándo de una verdad que se hará oficial en unas horas. En los misiles a Siria, fue verdad; en el anuncio del reemplazo al Obama Care, fue finta. En el caso del muro fronterizo, veremos. ¿Se puede hacer política en serio por twitter? Es la pregunta en la mente de las élites gringas.
 
MURO LEGISLATIVO Y ODIO CULTURAL
ANTE un Presidente que todos los días enseña los dientes, resulta saludable que el Congreso le recuerde que la política no es propiedad privada. Hata ahora el poder legislativo norteamericano mantiene una tradición de firmeza frente a las pretensiones monopolistas de la Casa Blanca. La democracia es equilibrio de poderes, no subordinación. En ese rubro, México está muy lejos de Estados Unidos, aunque desde 1997 –cuando numéricamente el partido del presidente perdió la mayoría en el congreso- la situación es de mayor equilibrio. 
Lo que preocupa a Estados Unidos es el estancamiento de políticas de gobierno. El inmovilismo por un choque permanente entre poderes, simplemente no es opción. El poder judicial se convierte en fiel de la balanza: última instancia constitucional para dirimir conflictos entre poderes. Trump tiene varios litigios ahí. Veremos si la democracia cede o no ante el autoritarismo. 
En política, hay que ejercer el arte de negociar. Pero Trump no entiende de negociaciones serias, pues siempre busca ventajas extralegales. Un ejemplo lo fue el comienzo de las negociaciones oficiales para modificar el TLCAN, entre Canadá, EEUU y México. Trump amenazó con sacar unilateralmente a su país del TLCAN, acción que ninguno de los tres gobiernos puede realizar por su cuenta. Hay protocolos que pasan por el Congreso de cada país y una comisión tripartita. Y note el lector: ¿la amenaza de Trump surge de la ignorancia del marco legal? Improbable. Sigue aplicando las estrategias rudas que recomienda en su libro empresarial “El arte de negociar”, donde apunta lo siguiente: “Para tomar la delantera, advierte de un escenario catastrófico aunque no exista. Que tus adversarios vean que te puedes levantar de la mesa desde el principio. Que no se sientan cómodos”. Eso es lo que justamente hizo Trump el lunes 23 de abril, 6 días antes de que se abriera la renegociación del TLCAN.
Trump lleva 100 días contra México. Ha posicionado “el odio a lo diferente”, como explicó Carlos Puig (diario Milenio, mayo 1). Los migrantes son blanco fácil y el autoritarismo de Trump (con su todavía estratega en jefe, Stephen Bannon) presenta rasgos de discriminación cultural. En este rubro, la coherencia de Trump es patente, potente e inusual. Todo un wasp (blanco, anglosajón, retrógrada y elitista). La estrategia mexicana es conciliadora a más no poder. Es un asunto de tamaño: Peña Nieto conoce la asimetría de poder que dicta repliegue y discreción. El odio es cultural con Trump al mando; el muro es ya tema presupuestal, no asunto de derechos humanos. Se vienen días de furia para millones de migrantes, con la deportación como pesadilla. ¿Qué hará el gobierno mexicano? La defensa no puede ser la discreción. Eso es seguro.
AL MARGEN
EL PRD, Partido de la Revolución Democrática, conmemoró ayer los 28 años de su fundación. Producto del Frente Democrático Nacional de 1988 con el impulso de la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas, el partido solaztequista pasa por una de sus más duras crisis. Sus abanderados a Los Pinos han sido Cárdenas Solórzano y Andrés Manuel López Obrador, los dos ya fuera de la organización. Gobierna actualmente cuatro entidades: Tabasco, Morelos y Michoacán, con Arturo Núñez, Graco Ramírez y Silvano Aureoles; así como la Ciudad de México con Miguel Ángel Mancera, quien no tiene militancia. Amerita revisar su situación actual y sus expectativas.
EN RELACIÓN a Trump, en su discurso como orador oficial en el aniversario de la Batalla del 5 de Mayo, el titular de la Setab, Ángel Solís sostuvo que se equivocó el emperador “que quiso imponer yugos” a México desde el otro lado del Atlántico, como hoy “se equivoca el gobernante del país vecino del norte, quien pretende alzar muros entre ambas naciones”, en tiempos de globalización, colaboración y libre comercio. Al final, el magnate gringo será derrotado por la realidad.
(vmsamano@yahoo.com.mx)
 

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