Caso Anaya: fintas, y otra forma de mandar al diablo instituciones

 Escala Crítica/Columna diaria

* Batalla de credibilidad: poderes fácticos y democracia.
* Las élites del poder: la pugna, grieta que se ensancha
* La vieja costumbre, dejar una espacio para “el arreglo”
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL “CASO ANAYA” es ya una batalla por la credibilidad, en medio de una acción estratégica de alto riesgo institucional para la Procuraduría General de la República (PGR). Expliquemos este punto, aunque advertimos al paciente lector que la maraña política del caso Anaya contiene una explosividad insospechada. No puede pronosticarse algo claro en este choque de poderes fácticos. Las élites del modelo político mexicano van de la coalición a la colisión (PAN y PRI; PRIAN, diría los críticos), con una parte de la izquierda en el paquete (PRD y MC). Esto no debe tener contentos a los grandes empresarios, potentados y financieros del país: el modelo mexicano muestra una grieta que puede agrandarse.