El año 1923, clave en el choque de dos proyectos; a un siglo de iniciada la cruenta disputa por la nación

Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance

*El libro de Delgado y Páez, una historia para ubicar el presente

*Una larga marcha que aún no termina; mucho por construir

*Claudia y Javier, dos factores clave en el futuro de Morena

Víctor M. Sámano Labastida

Agosto 29 de 2024.- LA TERCA Travesía, han denominado Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela a esa larga, accidentada y sacrificada marcha de los luchadores sociales mexicanos por reivindicar el derecho a la vida con dignidad de las mayorías explotadas. Así el título del libro presentado recientemente en Villahermosa, Tabasco: “IZQUIERDA. 1923-2023. La terca travesía”.

¿Por qué 1923?, me pregunta en los pasillos del auditorio del evento un asistente al diálogo que Delgado y Páez tuvieron con el público, en referencia al año citado en el título.

Aunque la obra nos remite inicialmente a los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón, quienes inician su lucha batalla contra la dictadura de Porfirio Díaz a finales de 1800 y principios de 1900, el año 1923 se convierte en una fecha simbólica y de la que parten los autores: llegan los restos de Ricardo, muerto en una prisión de Estados Unidos en noviembre de 1922, pero también es el año cuando el entonces presidente Álvaro Obregón ordena que el general Francisco J. Múgica sea detenido por “usurpar” la gubernatura de Michoacán (a la que había pedido licencia). La verdadera intención de Obregón fue dar muerte al revolucionario rebelde.

El ala moderada-conservadora de la Revolución Mexicana intenta acabar con el liderazgo radical. Comienza entonces otra etapa entre quienes creen de manera auténtica en los derechos sociales frente a quienes sólo buscan acceder a los privilegios y conservarlos.

CIEN AÑOS ES MUCHO

Se convierte 1923 en un año de referencia para lo que sucede casi un siglo después: la llegada al poder a finales de 2018 de un líder identificado con los ideales de Múgica y Lázaro Cárdenas, representante de un sector considerado como el ala progresista o social de la Revolución Mexicana, al que se sumaron los diversos y dispersos grupos y líderes para crear un movimiento, más que un partido.

Dicen en el prólogo Álvaro Delgado y Alejandro Páez: “Este libro habla de una izquierda a la mexicana, Plantea ideas básicas que la cohesionan: el deseo de igualdad; la soberanía y la libertad como una emergencia; la dignificación del trabajo y un concepto incorporado con dolor: los pobres primero. Siglos de nación mexicana y debemos repetir: primero los pobres” muchas veces, como conjuro porque no se ha socializado la frase, aunque fue lema de las tres campañas antes de que un izquierdista, Andrés Manuel, López Obrador, ganara por primera vez la presidencia. Los mexicanos de la clase media sabemos que los pobres deben ir primero. Pero en cuanto se abre la ventanilla del reparto los mandamos a la cola, por un egoísmo sembrado desde las clase de más arriba o por lo que sea”.

Acotan los autores: “Lo que urgía contar es que la izquierda mexicana no es producto de generación espontánea, sino de resistencia”. Y agregan: “Este libro responde preguntas y, entre ellas, una muy necesaria: ¿porqué, con tanta pobreza y desigualdad, la izquierda tardó tanto en ganar su primera presidencia”.

Pero la coalición que llegó al poder, han advertido también, no es una organización homogénea…como sucedió con la Revolución Mexicana.

LOS MÁS VOTADOS

CLAUDIA SHEINBAUM y  Javier May son gobernantes electos, avalados por los tribunales. Tienen en común la votación histórica que recibieron. En el caso de la Presidencia de la República puedo asegurar que si bien el triunfo de Sheinbaum estaba previsto –claro, no por sus opositores-, difícilmente alguien puede mostrar que esperaba más de los 30 millones que obtuvo Andrés Manuel López Obrador en 2018, lo que ya entonces fue una hazaña. Esta vez, como lo han ratificado los tribunales, la ex Jefa de Gobierno obtuvo 35 millones 924 votos.

En las elecciones del 2012, la Presidencia le fue entregada a quien los tribunales le reconocieron 19 millones 158 mil votos, Enrique Peña Nieto (PRI); en tanto que en 2006 oficialmente se validaron 15 millones de votos para Felipe Calderón (PAN); seis años antes, a Vicente Fox asumió el Ejecutivo Federal con 15 millones 989 mil sufragios,

Puede observarse la enorme diferencia en 2018 y 2024 respecto a las elecciones anteriores. Y aunque se argumentaría en parte el incremento del padrón electoral, notemos que a Calderón le reconocieron casi un millón menos de votos que a Fox.

En otras entregas hemos referido el fenómeno electoral de Andrés Manuel López Obrador quien en todas sus participaciones en la contienda por los sufragios –para la gubernatura de Tabasco, la Jefatura de Gobierno y la Presidencia-, mostró una alta capacidad para atraer la simpatía de los electores. Sus opositores siguen atribuyendo este fenómeno a factores negativos.

La elección de Claudia Sheinbaum tiene el ingrediente del “Efecto Obrador”, pero también la organización de una campaña eficaz y lo que ahora se conoce como el “Efecto Claudia”. Mucho está por verse en esta circunstancia de la llegada de una mujer a la Presidencia y el impacto que tendrá en la cultura nacional.

En el caso de Javier May, aunque no lograron el más de un millón de votos que tenían como meta –hubo un operativo para evitar que eso sucediera, con la intención de deslegitimarlo-, al final consiguió el histórico más del 80 por ciento de los sufragios, ocho de cada diez que acudieron a las urnas cruzaron la boleta por el comalcalquense.

Aunque hubo elecciones en estatales en nueve entidades y votaciones legislativas, Claudia y Javier serán, me parece, una referencia fundamental en la siguiente etapa de la llamada Cuarta Transformación.  

(vmsamano@hotmail.com)

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