DESTAPADOS Y ADELANTADOS, 2018; CAMINAR AL FILO DE LAS NORMAS

 Escala Crítica/Columna diaria

*Los cargos públicos y las aspiraciones personales, terreno minado
*La recomendación de Núñez es una alerta: la ley es más exigente
*¿Se acabó el tapadismo?; entre aspirantes y cartas ocultas, lo que viene
 
Víctor M. Sámano Labastida
VARIOS son los funcionarios y políticos en activo, tanto federales como estatales, que han expresado su interés por ser candidatos a algo en el 2018. En primer lugar a la Presidencia de la República, y de allí a lo que sigue: gobierno del estado, alcaldías, diputaciones, senadurías. “Ya no hay tapados” en la política, se afirma. Aunque se sigue hablando de los “caballos negros”, de las cartas ocultas. 

En México, el fenómeno conocido como “tapadismo” fue de la mano con el predominio del partido único. Con el viejo PRI quien era ungido como candidato sería inexorablemente ratificado en las urnas. Sólo bastaba la ratificación de “las fuerzas vivas” agrupadas en los sectores de aquel partido. 
Las votaciones entonces eran un mero trámite. Eso terminó cuando llegó la competencia más o menos democrática. Se dijo durante mucho tiempo para ilustrar el mecanismo del sistema autoritario mexicano: “el que se mueve no sale en la foto”. Así lo sintetizó irónicamente el viejo cacique sindical Fidel Velázquez. Existía en México un “gran elector”. Contra su decisión, nada. Pero el sistema se agotó. En los años recientes se acuñó una nueva frase: “El que no se mueve no sale en la encuesta”. Aunque se ha llevado al exceso. 
 
LA OTRA REALIDAD POLÍTICA
EL RECIENTE fin de semana el gobernador Arturo Núñez expresó lo que han replicado varios medios y es motivo de comentarios: el concepto de “tapado” ya no vale en la nueva realidad política, dijo. 
Abundó el ex director del IFE: “tapado era cuando todo mundo tenía que ocultar su juego político y su aspiración, no se fuera a enojar el titular del Ejecutivo, quien era el que decidía (presidente o gobernador). Aquí no (en Tabasco), ya estamos en un régimen democrático más abierto, hay que respetar algunos tiempos. Desde el punto de vista político “tapado” fue en tiempos del PRI y su hegemonía y eso se acabó, por lo menos en los que militamos en partidos distintos al PRI, probablemente ahí pues sigan teniendo que respetar y taparse su jugada no vaya a ser que se enoje el que decide”. 
Se refirió así a quien decide o decidía la nominación, quien daba la última palabra, aunque ahora los partidos se han dotado de muchos otros métodos -como las encuestas- para tratar de legitimar las postulaciones y dirimir conflictos internos.
Núñez se mencionó el tapadismo porque los reporteros lo interrogaron respecto a las expresiones públicas de funcionarios de su gabinete que dicen estar interesados en ser candidatos al gobierno del estado. Lo han expuesto abiertamente Pedro Jiménez León, Oscar Cantón Zetina y David Gustavo Rodríguez desde la administración estatal. 
Falta por lo menos un año para que se inicie oficialmente el proceso electoral tabasqueño y unos 20 meses para las votaciones. ¿Será necesario que renuncien quienes tiene cargos públicos y han dicho que buscarán la nominación a ese y otros cargos? ¿Los que próximamente pretenden seguir el ejemplo de los adelantados?
Es posible que las palabras de Núñez sirvan también para calmar los ánimos y evitar sorpresas. Dijo el gobernador: “Recuerden ustedes que quien haga precampaña antes del tiempo (legalmente establecido) puede ser denunciado ante un tribunal y ser sancionado, y en un extremo puede no dársele el registro cuando llegara a plantearse formalmente su solicitud. Desde luego con pleno respeto al Estado de Derecho y quien tenga responsabilidades públicas (está obligado) a no usar ni su tiempo ni recursos públicos en su promoción personal”.
 
EL QUE NO CAE, RESBALA
 
EL ASUNTO del uso del tiempo y de los recursos públicos es un terreno resbaloso. Veremos que hasta los tribunales federales llegará gran cantidad de denuncias y quejas. Los expedientes se arman ya en los equipos jurídicos de partidos y aspirantes. La palabra final ahora la tendrán los magistrados. Habrá quienes se quejen de sus propios correligionarios en esa sorda batalla de corrientes y grupos; habrá quienes demanden a los adversarios en otros partidos. Como también quienes busquen el cobijo de otras siglas al considerarse desplazados o sin “el piso parejo”.
De entrada se plantean varias circunstancias: 
Hay quienes consideran que anunciar públicamente que se buscará una candidatura es, en los hechos, iniciar campaña. La exposición en medios, por cualquier motivo, coloca al personaje con la doble faceta: lo que es y lo que quiere ser. Lo que está haciendo para ser. 
Motivo de discusión ha sido si el anunciar una aspiración desde un cargo público es aprovechar de alguna manera los recursos que la posición coloca al alcance del funcionario; lo mismo lleva a un debate sobre qué significa usar los tiempos del encargo, los horarios de trabajo, los servicios. ¿Dónde termina la representación institucional y dónde comienza el ámbito personal (aunque público)?
Es cierto que la norma es mucho más relajada cuando se trata de quienes se desempeñan en el Poder Legislativo, lo que ha llevado a lo que para algunos es una ociosa distinción entre funcionarios y servidores públicos. Un parámetro es el manejo directo que tienen de los recursos públicos; la entrega de apoyos y la aplicación de programas puede ser motivo de suspicacias o tentaciones. 
Son asuntos que pasarán por el Instituto Nacional Electoral y por la sala superior del Tribunal Electoral federal. Por ahí seguramente apunta la respuesta y el comentario del gobernador Núñez, sabe que sus adversarios observarán con lupa el desempeño de su gabinete en materia de elecciones.
Como le decía, públicamente tres funcionarios en activo han dicho que buscarán la candidatura al gobierno estatal. Uno milita en el PRD, Oscar Cantón, representante del gobierno de Tabasco en la Ciudad de México. Otro de los aspirantes declarados es Pedro Jiménez, titular de la Sedafop, aunque éste milita en el Partido Movimiento Ciudadano, lo que le asegura estar en la recta final de una posible alianza.
Un caso distinto es el del más reciente declarado públicamente (para no decir “destapado”) aspirante David Gustavo Rodríguez Rosario, titular de la SDET, Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo. No milita en ningún partido, pero se ha acercado al PRD.
Hay otros aspirantes del solaztequismo pero están en un ámbito distinto: el Poder Leguslativo. Los diputados locales José Antonio de la Vega y Juan Manuel Fócil, así como el senador Fernando Mayans. Más los que se sumen.
AL MARGEN
DESDE derrota como aspirante a la gubernatura, Jesús Alí inició el camino que ayer lo llevó a anunciar su renuncia al PRI. En el 2015 tuvo acercamientos con el Partido Verde. Hay muchas cartas qué jugar en el 2018. (vmsamano@yahoo.com.mx)
 

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