MÉXICO EN TULTEPEC: LA PÓLVORA COMO METÁFORA; SIEMPRE ESTALLA

 Escala Crítica/Columna diaria

*México ingobernable: viñetas de la incompetencia masiosare  
*Secuestros ‘tequileros’ y Guevara golpeada; Cuau con hambre
*El mapa de un país que se alebresta; recuperar instituciones
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
TIEMPOS difíciles. El casi ex gobernador del Banco de México, Agustín Carstens advierte que con Donald Trump podríamos ver una “película de terror”; el presidente Peña Nieto adelanta que 2017 será “un año difícil” en materia de presupuesto; Alfonso Navarrete, secretario del Trabajo, sostiene que recortes, tasas de interés, baja inversión, afectarán al empleo. Miguel Osorio Chong, titular de Gobernación, coloca la cereza al ofrecer y pedir un mayor esfuerzo para evitar para evitar una crisis. 

Hay medidas que las autoridades consideran máximo esfuerzo, pero ante una población que espera aún más. La inseguridad y la explosión de los delitos están en el primer sitio de la agenda de los gobiernos. Toda actividad gubernamental inicia con un parte del día sobre seguridad. Existe además un trasfondo de sorda lucha política en la que los problemas de la descomposición social y económica sirven para alimentar la hoguera.
En Tabasco, ayer el gobernador Arturo Núñez aceptó la renuncia del tercer secretario de Seguridad Pública, Miguel Ángel Matamoros y nombró al cuarto personaje en el cargo, Jorge Aguirre Carbajal. Antes estuvieron los generales Audomaro Martínez (dos años y medio) y Sergio Martínez (un año). Mañana inicia una nueva etapa en las acciones contra la delincuencia con la incorporación de la Gendarmería Nacional. 
 
EL ESTALLIDO Y EL GOLPE AVISAN 
“La ingobernabilidad está en crisis en este país que nadie se atreve a llamar ingobernable”, escribió Raymundo Rivapalacio (El Financiero, diciembre 21), con un recuento de las medidas de vigilancia en Los Pinos y Bucareli, metáfora de una circunstancia que no quiere decir su nombre. Ni la Casa Blanca ni el Palacio de Buckingham se vigilan así. 
“Hay días que, por desgracia, las columnas se hacen solas”, afirmó Carlos Puig (Milenio), y enlistaba entre 1998 y 2014 ¡12 desastres previos! en Tultepec, Estado de México, donde murieron 32 personas este 20 de diciembre por una explosión de toneladas de cuetes en mercado del lugar. Hay 72 heridos y un número indeterminado de desaparecidos. No habían sido identificados 13 cuerpos. Puig cita el presupuesto del Instituto Mexiquense de Pirotecnia: 16 millones 670 mil pesos, y establece que 80% era para sueldos. ¿Medidas de protección para manejar 100 toneladas de pólvora? La columna se escribe sola, con un boletín Edomex del 12 diciembre: “la Secretaría de la defensa Nacional expidió los permisos para venta de pirotecnia en Tultepec”, aunque parece que no supervisaron instalaciones.             
Un búnker para proteger al Presidente mientras estallan los cuetes decembrinos en un lugar que ha sido tragedia recurrente. “Va el golpe”, dice el cargador cuando ya dio el trancazo al distraído. Así en el país.
 
LEY DE LA SELVA Y GOLPES ILUSTRES
 
OTRAS viñetas de la ingobernabilidad mexicana son los secuestros para liberar secuestrados (amable lector: leyó usted bien) y una senadora golpeada salvajemente por un conflicto de tránsito. Sucedió en Guerrero y la autopista Toluca-México. Hablamos ahora del ataque al 27 batallón de Iguala, donde los polvos de la tragedia de Ayotzinapa se remueven cada cierto tiempo. 
La ausencia institucional sube otro escalón en Guerrero: la banda criminal Los Tequileros secuestra a un ingeniero. La esposa del ingeniero, desesperada, secuestró a su vez a la mamá del líder de Los Tequileros. Lo demás amerita un premio a la ignominia: el gobierno de Guerrero medió entre las partes y se realizó el intercambio.  Con un secuestro, la esposa recuperó a su esposo secuestrado. La autoridad sólo certificó “que el intercambio saliera bien”. Esta ley del Talión ( ‘ojo por ojo, diente por diente’), desnuda cualquier sentido de orden jurídico en el país. Antes, los linchamientos resultaron otro escalón de ingobernabilidad, pero aquí –sin el grupo que decide una acción de supuesta justicia popular- tenemos a un particular que vive en el lejano oeste y se pone una estrella en el pecho para combatir la ilegalidad con otra ilegalidad. Mucho está mal en el cuerpo social y jurídico para llegar a una acción de ese calibre. La desesperación es otra manera de despedirse del estado de derecho. ¿Y si al líder de los tequileros no le hubiese importado su mamá? 
En el caso de la agresión a la senadora Ana Gabriela Guevara, además de la justa indignación por un ataque violento y sexista (la cuestión de género ha dominado en la cobertura del lamentable suceso) hay que plantear lo siguiente: ¿se movería la justicia mexicana a la misma velocidad para encontrar a los agresores, si otra persona –no una senadora- hubiera sido atacada? 
Ingobernabilidad es que a un secuestro se responda con otro secuestro mientras las autoridades se asumen como “mediadoras entre particulares”, y que la justicia por una agresión dependa del cargo que ostenta la víctima. Hay centenares de incidentes de tránsito y golpes que quedan impunes. 
HUELGA, PRÓFUGOS Y GASOLINAZOS
ANTE la amenaza de desafuero constitucional, por acuerdos ilegales comprobados con firmas y dinero aceptado por el involucrado, la huelga de hambre volvió por sus fueros como recurso político. El exfutbolista Cuauhtémoc Blanco, todavía alcalde de Cuernavaca, recibió ayuda perredista y morenista (si fuera de otro color lo defenderían azules o tricolores): “Es una persecución política sobre el Cuau”, dijo López Obrador. Declaración desafortunada, que más adelante pueden recordarle sus adversarios. La izquierda se equivoca cuando mete las manos al fuego por un personaje sin trayectoria política reconocida y, en cambio, con mañas documentadas (contrato leonino para ser candidato y peticiones de lujo primermundista en su campaña). 
México va de la huelga de hambre de vodevil a la escapada hollywoodesca que un exgobernador realizó con ayuda de un helicóptero oficial, para lo que se ofreciera, en el momento justo. No hay rastro del prófugo, ni de la huelga de hambre. Quizá hasta olvidemos su nombre.
Sí hay rastro de lo que se viene para México en 2017: la liberalización del precio de la gasolina y otros combustibles, que por ahora no está en manos de las autoridades sino de los empresarios que ya se frotan las manos. Ingobernabilidad es confusión y omisión. Y todos perdemos y más los perdedores de siempre. (vmsamano@yahoo.com.mx)                 
 

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