López Obrador, una larga campaña; la segunda vuelta, el PAN y el 2018

 Escala Crítica/Columna diaria

*Más de 15 años de proselitismo; el domingo, una etapa más
*Retoma Acción Nacional una propuesta de Calderón del 2009
*En el PRI, una convocatoria que no llega; la frágil dirigencia 
 
Víctor M. Sámano Labastida
 
EL TABASQUEÑO Andrés Manuel López Obrador es sin duda el aspirante a la presidencia que más intensamente ha hecho campaña por los votos. Participó como aspirante en los procesos electorales del 2006 y del 2012, ahora lo hace para el 2018. Esto sin contar que como dirigente nacional del PRD estuvo en los recorridos de Cuauhtémoc Cárdenas en la primera etapa de la contienda del 2000.  Son más de 15 años de proselitismo por el máximo cargo en el país.

Otro aspirante a la presidencia que también realizó una larga campaña fue precisamente Cuauhtémoc Cárdenas, quien compitió en 1988, en 1994 y en el año 2000. Los dos -Cárdenas y López Obrador- aspirantes por la denominada izquierda, en competencia contra el PRI y al PAN. 
La diferencia en las campañas de estos dos políticos es que mientras Cárdenas fue impulsado por una coalición de partidos, López Obrador va a su tercera campaña con un solo partido…hasta ahora. Ha ideado diversos métodos de propaganda para mantenerse activo como aspirante durante más de tres lustros.
Desde la elaboración de libros y sus presentaciones públicas, hasta las asambleas informativas, que le permiten recorrer las ciudades y pueblos de todo el país.  
Su más reciente mecanismo de propaganda es la denominada firma de pactos de unidad para la prosperidad. De alguna manera fue una respuesta al Acuerdo anunciado por Enrique Peña Nieto ante las protestas por los “gasolinazos”. 
Precisamente para promover la firma de ese pacto estará en Villahermosa el domingo, como ya lo hizo en Michoacán, Estado de México, Veracruz, Baja California y Puebla. También ese mismo día acudirá a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. 
Sus adversarios argumentan que se trata de actos anticipados de campaña. Los consejeros del instituto electoral han rechazado hasta el momento las quejas contra López Obrador. En esta nueva etapa de proselitismo, el dirigente de Morena busca comprometer a su causa a militantes y dirigentes de otros partidos, en especial del PRD. Un primer intento nacional por dejar a los solaztequistas en “puro cascarón” fue en las elecciones intermedias del 2015. Existe una explicable expectativa por lo que sucederá este domingo cuando aspirantes a cargos de elección y dirigentes de otros partidos buscarán un lugar en el templete de Morena. Aunque se ha planteada la asamblea dominical morenista como un ultimátum  -para que se definan-, puede asegurarse que en la campaña formal para el 2018 habrá diversas oportunidades para los reacomodos.
 
DISPERSIÓN DE VOTANTES
 
NUEVAMENTE el Partido Acción Nacional (PAN) presentó su propuesta para una segunda vuelta de votación en las elecciones para la Presidencia. También insistió en eliminar cien cargos de diputados y 32 de senadores; de la misma forma pretende que el porcentaje para que un partido conserve su registro se eleve del tres al cinco por ciento.
Desde mediados del año pasado, ese partido (el PAN) retomó su planteamiento de una nueva reforma electoral “integral”.
Una de las iniciativas que más llamó la atención y que ha causado más polémica es la posibilidad de una segunda vuelta en las elecciones presidenciales. Este mecanismo ya había sido impulsado por Felipe Calderón siendo presidente en 2009 y 2012. 
En noviembre pasado, cuando el PAN desempolvó la propuesta, tanto el PRI como el presidente Enrique Peña consideraron inoportuna la medida.
También el jueves el dirigente nacional de Morena, Andrés Manuel López Obrador rechazó la segunda vuelta porque consideró que era contra su candidatura, que hasta ahora encabeza las encuestas.
Una segunda vuelta electoral como ya se aplica en varios países significa que si un candidato no obtiene más del 50 por ciento del apoyo en una elección ordinaria tendría que presentarse a una segunda votación. En la siguiente convocatoria a las urnas se obliga a los partidos a realizar coaliciones, porque sólo pueden presentarse a las nuevas elecciones quienes obtengan el primer y segundo lugares.  
En México, los ganadores de las elecciones del 2006 y 2012 obtuvieron menos del 40 por ciento de la votación. En los comicios intermedios del 2015 el reparto de los sufragios fue más disperso, aunque la conducta de los votantes cambia en un proceso presidencial. Mientras Morena y AMLO le apuestan a polarizar las simpatías para que la gente distinga sólo dos proyectos, el PRI y PAN (hasta ahora también el PRD), pretenden un amplio abanico que incluya a los independientes. De esta forma el sufragio se diluye; es una manera como el tricolor contrarrestaría el malestar social.
 
NO HAY ACUERDOS INTERNOS
 
MUY COMPLICADA sigue teniendo el PRI tabasqueño la ruta hacia una dirigencia que los unifique. Son actualmente un partido disperso y confrontado. El diputado Adrián Hernández, quien fue presidente estatal de ese partido, afirma que en breve tiempo debe salir la convocatoria para la renovación de la jefatura tricolor. De hecho se aseguraba que se expediría esta semana, lo que ya no sucedió. 
Contrario al dicho de Hernández Balboa, el delegado nacional del PRI, Jorge Salomón Azar, estimó que no será posible iniciar el proceso de selección del dirigente hasta que no haya un acuerdo interno. Comenzando por la propia secretaria general cuyo mandato vence hasta el primero de diciembre. Una queja insistente de Azar García es que los ex gobernadores meten demasiado la mano en los procesos internos. Ahora se perfilan dos aspirantes: Luis Rodrigo Marín y Miguel Cachón.
El PRI tabasqueño no ha sido ajeno a la discusión sobre si sus militantes se quedan o se van a otros partidos como PRD o Morena. En el 2015 el Partido Verde tomó “prestados” a numerosos cuadros del tricolor, lo que sirvió a este instituto para colocarse entre las primeras fuerzas políticas en el Congreso. 
AL MARGEN
EL SEGUNDO “super gasolinazo” que tenía previsto el gobierno federal fue nuevamente pospuesto. El primero elevó en 20 por ciento el precio de los combustibles en enero y se programó otro de ocho por ciento en febrero. Las protestas obligaron al gabinete presidencial a reconsiderar. Por ahora las autoridades optaron por un “ajuste” temporal, de manera que anunciaron un precio que estará vigente hasta el martes 21 de febrero.
Trascendió que existe una discusión en el gabinete de Peña Nieto sobre el impacto que en las elecciones del Estado de México –una entidad clave-, pueden tener nuevos incrementos. (vmsamano@yahoo.com.mx)
 

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