Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance
*Encuestas al pastor postor: rentable en coyunturas electorales
*Política demoscópica 2024: escapismo matemático y las urnas
*¿Esconder colores? Encuestas al gusto del cliente, autoengaño
Víctor M. Sámano Labastida
EN LA RECTA FINAL hacia el domingo 2 de junio, los partidos políticos se preocupan por la competitividad aparente y echan mano de las encuestas sin importar reputación y credibilidad. Se dice ‘competitividad aparente’ porque la industria de las encuestas contiene un vicio secreto: evitar el trabajo político de base.
¿Existe una política de las encuestas electorales? Es decir: ¿los ejercicios estadísticos pueden tener sesgo partidista? He ahí el huevo de Colón, la situación que unos y otros denuncian cuando los números no les son favorables.
Una cuestión es evidente: ¿por qué todos traen su encuesta bajo el brazo, a la espera de presumir ventajas? Es el signo de los tiempos modernos, que hacen del número un argumento objetivo.
RAZONES Y SESGOS
LA ENCUESTA ES LA REINA de las ciencias sociales y, por extensión, de la política partidista que busca la eficacia por el reporte estadístico y no por las propuestas. ¿Cómo ir más allá de los números, que definen los rostros en espectaculares y spots, si todos hacen lo mismo? Veamos aspectos de interés ciudadano a considerar en el tema encuestas.
Autoría: ¿Quiénes realizan las encuestas y con patrocinio de quién? Hay pocas firmas independientes en México que resulten de solvencia profesional probada. Bajo esta circunstancia, llama la atención la enorme cantidad de encuestas realizadas en tiempo electoral, porque no es materialmente viable que las firmas independientes se ocupen de todo ese trabajo. Por ello, en esta historia de autorías múltiples, los intereses sesgados aparecen: firmas exóticas, sin razón social, se hacen cargo de los resultados publicados. Acto de fe que se exige a la opinión pública. O efecto de opinión pública a través de un acto de fe. ¿Cómo valorar un documento que no tiene autoría profesional seria?
Otro punto significativo es la metodología utilizada pero no reportada, o reportada/mencionada pero no explicada en sus detalles técnicos. ¿Se trata de una encuesta o un sondeo?, ¿será en viviendas o con llamada telefónica automatizada? La firma Massive Caller, que en 2018 daba 4 puntos de ventaja a Ricardo Anaya sobre López Obrador -un mes antes de la elección presidencial-, utiliza ‘Robot Pools’ (llamadas automatizadas) para validar sus datos. Ahora, Massive Caller (MC) es la única firma que sin rubores arroja un empate técnico entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. El caso de MC está ampliamente documentado.
Más detalles técnicos: ¿hay una muestra estratificada por edad, estatus socioeconómico, zona geográfica y perfil cultural?, ¿o se trata de un sondeo, donde se le pregunta a quien sea, sin importar rasgos sociales de las personas? Rodrigo Galván (de las Heras Demotecnia) explicó que, como en cualquier profesión, “hay encuestadores de calidad y malos encuestadores” (La Octava, 6/5/2024). Sobre este punto, Roy Campos (Consulta Mitofsky) prefirió no opinar. ¿Qué versión prefiere el ciudadano lector? Mientras tanto, la guerra de encuestas arreciará rumbo a las urnas que están a la vuelta de la esquina.
EN OTROS LARES
EN ESTADOS UNIDOS, las encuestas surgieron después del crac financiero de 1929. Como no anticipó esa crisis económica, el gobierno subvencionó a diferentes universidades investigadoras (Chicago, Harvard, UCLA, Berkeley) para “detectar sorpresas sociales”. Se reconocía como “muy difícil, leer la realidad”, pues siempre podía ocurrir algo que la encuesta no alcanzaría a medir. Un libro de Harold Lasswell y Paul Lazarsfeld (La gente escoge, 1940) mostraba “limitaciones de la encuesta como pronosticadora confiable”.
En Europa, las encuestas aparecieron después de la segunda guerra mundial. Se afinó poco a poco la técnica, con el énfasis de “acostumbrarse al hecho de la encuesta”. De ese modo, los ciudadanos encuestados responderían con la verdad y no se guardarían opiniones.
En América Latina, las encuestas electorales profesionales aparecieron a finales de los años 80s del siglo XX. 60 años de retraso frente a Estados Unidos, 40 años frente a Europa. Déficit significativo: la técnica de encuesta necesita una cultura ciudadana sólida. La sociometría (medición estadística de la realidad) funciona con altibajos en países que padecen desigualdades estructurales y gobiernos autoritarios.
El prestigiado investigador francés Maurice Duvergier, afirmó (2004, Le Monde): “El ciudadano latinoamericano de Neza, La Habana, los barrios de Buenos Aires o de Santiago de Chile, no es el de Oslo, Hamburgo, Boston o París. Su relación con la credibilidad de las encuestas es precaria”. Bajo esta perspectiva, véase un último punto: encuestas patrocinadas por un partido político.
¿LO QUE USTED QUERÍA ESCUCHAR?
PATROCINAR NO ES LO MISMO que realizar. Los partidos abandonaron la realización propia de encuestas cuando percibieron que su credibilidad era nula. Este 2024 pasaron a contrataciones de empresas de desigual prestigio. Cuando los partidos apuestan por firmas sin trayectoria, aparecen las metodologías sospechosas. Más allá del trabajo de base que deberían realizar, optar por el patrocinio light es perseverar en el autoengaño. Habrá más sobre este tema. PD. Agradezco la colaboración de PDV para este texto. (
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ecta final electoral: partidos políticos y encuestas; metodologías sospechosas
Escala Crítica/Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance
*Encuestas al pastor postor: rentable en coyunturas electorales
*Política demoscópica 2024: escapismo matemático y las urnas
*¿Esconder colores? Encuestas al gusto del cliente, autoengaño
Víctor M. Sámano Labastida
EN LA RECTA FINAL hacia el domingo 2 de junio, los partidos políticos se preocupan por la competitividad aparente y echan mano de las encuestas sin importar reputación y credibilidad. Se dice ‘competitividad aparente’ porque la industria de las encuestas contiene un vicio secreto: evitar el trabajo político de base.
¿Existe una política de las encuestas electorales? Es decir: ¿los ejercicios estadísticos pueden tener sesgo partidista? He ahí el huevo de Colón, la situación que unos y otros denuncian cuando los números no les son favorables.
Una cuestión es evidente: ¿por qué todos traen su encuesta bajo el brazo, a la espera de presumir ventajas? Es el signo de los tiempos modernos, que hacen del número un argumento objetivo.
RAZONES Y SESGOS
LA ENCUESTA ES LA REINA de las ciencias sociales y, por extensión, de la política partidista que busca la eficacia por el reporte estadístico y no por las propuestas. ¿Cómo ir más allá de los números, que definen los rostros en espectaculares y spots, si todos hacen lo mismo? Veamos aspectos de interés ciudadano a considerar en el tema encuestas.
Autoría: ¿Quiénes realizan las encuestas y con patrocinio de quién? Hay pocas firmas independientes en México que resulten de solvencia profesional probada. Bajo esta circunstancia, llama la atención la enorme cantidad de encuestas realizadas en tiempo electoral, porque no es materialmente viable que las firmas independientes se ocupen de todo ese trabajo. Por ello, en esta historia de autorías múltiples, los intereses sesgados aparecen: firmas exóticas, sin razón social, se hacen cargo de los resultados publicados. Acto de fe que se exige a la opinión pública. O efecto de opinión pública a través de un acto de fe. ¿Cómo valorar un documento que no tiene autoría profesional seria?
Otro punto significativo es la metodología utilizada pero no reportada, o reportada/mencionada pero no explicada en sus detalles técnicos. ¿Se trata de una encuesta o un sondeo?, ¿será en viviendas o con llamada telefónica automatizada? La firma Massive Caller, que en 2018 daba 4 puntos de ventaja a Ricardo Anaya sobre López Obrador -un mes antes de la elección presidencial-, utiliza ‘Robot Pools’ (llamadas automatizadas) para validar sus datos. Ahora, Massive Caller (MC) es la única firma que sin rubores arroja un empate técnico entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez. El caso de MC está ampliamente documentado.
Más detalles técnicos: ¿hay una muestra estratificada por edad, estatus socioeconómico, zona geográfica y perfil cultural?, ¿o se trata de un sondeo, donde se le pregunta a quien sea, sin importar rasgos sociales de las personas? Rodrigo Galván (de las Heras Demotecnia) explicó que, como en cualquier profesión, “hay encuestadores de calidad y malos encuestadores” (La Octava, 6/5/2024). Sobre este punto, Roy Campos (Consulta Mitofsky) prefirió no opinar. ¿Qué versión prefiere el ciudadano lector? Mientras tanto, la guerra de encuestas arreciará rumbo a las urnas que están a la vuelta de la esquina.
EN OTROS LARES
EN ESTADOS UNIDOS, las encuestas surgieron después del crac financiero de 1929. Como no anticipó esa crisis económica, el gobierno subvencionó a diferentes universidades investigadoras (Chicago, Harvard, UCLA, Berkeley) para “detectar sorpresas sociales”. Se reconocía como “muy difícil, leer la realidad”, pues siempre podía ocurrir algo que la encuesta no alcanzaría a medir. Un libro de Harold Lasswell y Paul Lazarsfeld (La gente escoge, 1940) mostraba “limitaciones de la encuesta como pronosticadora confiable”.
En Europa, las encuestas aparecieron después de la segunda guerra mundial. Se afinó poco a poco la técnica, con el énfasis de “acostumbrarse al hecho de la encuesta”. De ese modo, los ciudadanos encuestados responderían con la verdad y no se guardarían opiniones.
En América Latina, las encuestas electorales profesionales aparecieron a finales de los años 80s del siglo XX. 60 años de retraso frente a Estados Unidos, 40 años frente a Europa. Déficit significativo: la técnica de encuesta necesita una cultura ciudadana sólida. La sociometría (medición estadística de la realidad) funciona con altibajos en países que padecen desigualdades estructurales y gobiernos autoritarios.
El prestigiado investigador francés Maurice Duvergier, afirmó (2004, Le Monde): “El ciudadano latinoamericano de Neza, La Habana, los barrios de Buenos Aires o de Santiago de Chile, no es el de Oslo, Hamburgo, Boston o París. Su relación con la credibilidad de las encuestas es precaria”. Bajo esta perspectiva, véase un último punto: encuestas patrocinadas por un partido político.
¿LO QUE USTED QUERÍA ESCUCHAR?
PATROCINAR NO ES LO MISMO que realizar. Los partidos abandonaron la realización propia de encuestas cuando percibieron que su credibilidad era nula. Este 2024 pasaron a contrataciones de empresas de desigual prestigio. Cuando los partidos apuestan por firmas sin trayectoria, aparecen las metodologías sospechosas. Más allá del trabajo de base que deberían realizar, optar por el patrocinio light es perseverar en el autoengaño. Habrá más sobre este tema. PD. Agradezco la colaboración de PDV para este texto. (
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