Cárdenas, AMLO y Heberto: “nacionalizar el gobierno”, diagnóstico de izquierda; democracia y base social     

Escala Crítica/ Diario Presente, Ventanasur, Horay20Noticias, Avance

* Garfios y correas opositoras: cómo, cuándo y por qué, factores de poder  

* Visualizar lucha democrática: Heberto Castillo, ideas para el presente

* Un desafío: continuidad de esfuerzos gubernamentales con base social

Víctor M. Sámano Labastida

Octubre 03 de 2024.- TIEMPO de despedida, aunque también son ciclos que dan paso a otros. Tiempo de reflexión para comprender. Sin ese objetivo, la esfera pública es ruido sin nueces. No se debe, a nivel mediático, anteponer descalificación a reflexión. Si los políticos hacen otra cosa, allá ellos. Los tiempos inéditos piden comprensión para la acción diría Enrique González Pedrero a quien se debe leer a profundidad.

El periodista Pedro Mellado se zambulló en bibliotecas para escribir un texto con referencias históricas significativas. Sin ocultar afinidad a la 4T, desde el título se observa el afán analítico de comprensión: “Cárdenas no pudo blindar su proyecto; López Obrador, sí”. (Portal Sin Embargo.com, 27/09/2024)

¿De qué proyecto en común se trata? Es la visión de izquierda social para gobernar México. ¿Y por qué tenían que blindarlo? Por las fuerzas políticas y económicas que se oponen al gobierno de izquierda y que de distintas maneras quieren frenarlo. Esto no sólo ha ocurrido en México, con la disputa por el poder político. América Latina se encuentra en esa dinámica desde hace 150 años. Se trata de geopolítica y decisiones estratégicas de potencias mundiales que -a través del tiempo- se repiten: historias que escamotean soberanía.      

PRIMER INTENTO: 1938-1940

SIGUE Mellado al historiador de izquierda, Enrique Semo, para plantear la encrucijada del presidente Lázaro Cárdenas después de la nacionalización de la industria petrolera en 1938. La derecha en bloque, resentida, con presencia política (partidos) y “visto bueno” de EEUU, rodeó a Cárdenas y se preparó para la sucesión presidencial de 1940, decidida a frenar reformas y el impulso cooperativista de izquierda a campesinos y obreros. México decidía rumbo. Cárdenas miró –con realismo político y prudencia cívica- que los tiempos no estaban maduros. Seguir por el flanco izquierdo de gobierno tenía dos riesgos: intervención extranjera o guerra civil.             

“[Manuel] Ávila Camacho era el candidato más moderado, [Francisco J.] Múgica el más idóneo para continuar la obra de Cárdenas, y [Rafael] Tapia el más anodino. Al otorgar su apoyo al primero (Ávila Camacho), Cárdenas fue consecuente con la política esbozada frente a la ofensiva de la reacción. Para evitar la intervención extranjera y quizá la guerra civil, congeló las reformas estructurales y frenó a obreros y campesinos”. Consecuencia positiva: México transitó por las urnas de 1940 en relativa paz social.

Consecuencia negativa de la decisión: “Fue en esos dos años [1939-1940] cuando la posibilidad de una vía popular a la modernización, basada en el auge de las cooperativas y la pequeña empresa, quedó definitivamente clausurada”. Después de Ávila Camacho (1940-1946), llegó la vía industrial de desarrollo con derecha capitalista y aval estadounidense: el gobierno de Miguel Alemán (1946-1952). 

Mellado recurre a Semo para ofrecer una conclusión demoledora sobre ese periodo histórico: “En 1940 la derecha perdió las elecciones, pero ganó una gran batalla. Desde 1938 puso un alto a las reformas cardenistas y logró que el nuevo Presidente fuera un hombre favorable a sus intereses. Infligió una derrota duradera a la izquierda que no pudo presentar batalla, y consolidó su presencia dentro y fuera de la familia revolucionaria”. Pasaron 84 años. Cárdenas nacionalizó el petróleo, pero no pudo nacionalizar el gobierno en 1940.

TOMAR EL PODER Y NACIONALIZARLO

LA IZQUIERDA no olvidó el pendiente cardenista. En 1987, antes de la elección presidencial de 1988 con ‘caída del sistema’, el luchador social y líder de izquierda, Heberto Castillo, escribió el ensayo “Por la toma del poder”. He aquí el párrafo clave: “El gobierno mexicano está desnacionalizado. De aquí la urgencia de nacionalizarlo, al igual que hizo Cárdenas con el petróleo en 1938. Para mí esa es la alternativa, hay que nacionalizar al gobierno. Esto implica que hay que tomar el poder. Esa es la única opción de la izquierda: o se decide a tomar el poder, o sigue vegetando como fracción parlamentaria o en grupos encuevados en una clandestinidad innecesaria”. Visto lo que ocurrió en el sexenio de AMLO, la idea de Heberto no cayó en saco roto. Por ello se vive un cambio histórico; esto incluso reconocido por adversarios de AMLO. 

El ingeniero Castillo visualizó la lucha democrática de izquierda: “un revolucionario carente de bases puede ser revolucionario de la música, de la pintura, en el arte, en la filosofía; ahí no se requiere que tenga pueblo atrás. Pero en la política, un revolucionario sin pueblo no es un revolucionario”. Otra idea que aplicó AMLO.

LUNA DE OCTUBRE

Advierte Mellado: “La oposición exige a Sheinbaum Pardo que se deslinde de López Obrador. Expresan su profunda misoginia al considerar a la futura mandataria un títere en manos de López Obrador. No habría razón para deslinde alguno, puesto que la nueva mandataria comparte el proyecto del presidente saliente y está convencida de que debe continuarlo y profundizarlo en beneficio de las mayorías”. ¿Habrá resistencia de las élites, no sólo en los despachos sino en el mercado bursátil y en las calles, para calar la voluntad de Claudia Presidenta? (vmsamano@hotmail.com)    

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